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“Todo lo que necesitas es tener una mente abierta”. La visión de una estudiante de odontología con respecto a la atención bucal inclusiva para pacientes con I/DD

La pasión de Gabby por la atención para personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo (I/DD) es contagiosa, inspiradora e informativa.

Cuando Gabriella Ciancimino estaba decidiendo dónde estudiar odontología, mencionó que le gustaría asistir a una universidad que le ayudara a convertirse en la mejor versión de sí misma.

Y, cuando el Dr. Robert Blashka de DentaQuest conoció a Gabriella, también conocida como Gabby, en la reciente conferencia de American Academy of Developmental Medicine and Dentistry, no tuvo dudas de que la estudiante de la Facultad de Odontología de la University of Pennsylvania ya lo había logrado.

La pasión de Gabby por la atención para personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo (I/DD) es contagiosa, inspiradora e informativa. Al realizar sus prácticas en la Suite de Atención Personalizada del Centro de Atención para personas con Discapacidades de Penn, ella ha tenido la oportunidad de pulir sus habilidades y fortalecer su pasión por la atención de una de las poblaciones más vulnerables.

Recientemente, DentaQuest tuvo la oportunidad de conversar más con Gabby, quien compartió el motivo por el que siente tanta pasión por la odontología para personas con I/DD y su visión para que esta sea más inclusiva.

Como estudiante de odontología, ¿qué la motivó a centrarse en la atención para personas con I/DD?

Sabía que tenía el deseo de hacer algo relacionado con la ciencia y la medicina, así que comencé a seguir y observar a proveedores. Comencé con mi dentista y no paré. Todas mis experiencias en la universidad marcaron el descubrimiento de mi pasión por atender a esta población y sabía que la suite de atención personalizada de Penn me brindaría tanto la orientación como las oportunidades clínicas necesarias para convertirme en la proveedora que deseo ser.

Está realizando sus prácticas en una instalación de vanguardia construida específicamente para esta población. ¿Cómo pueden los dentistas y los pacientes que no disponen de tal espacio proporcionar o acceder a atención competente?

Por supuesto, la suite de atención cuenta con una gran ventaja en comparación con la mayoría de consultorios privados. Cuando tratamos a las personas en la suite de atención, se nos proporciona períodos de cuatro horas, lo cual es el tiempo que necesitamos, pero no es lo ideal para los consultorios privados. También se cuenta con accesibilidad física y espacio de alojamiento que los consultorios privados no poseen. Por ejemplo, la semana pasada acudió un paciente con distrofia muscular y necesitó una habitación más grande, ya que se encontraba en una camilla. Teníamos una habitación más grande para acomodarle, pero muchos consultorios privados no cuentan con ese espacio.

Es decir, si los pacientes pueden acudir a la suite de atención personalizada de Penn, es fantástico. Sin embargo, si esta se considera la única solución, sigue causando una enorme desigualdad en comparación con los lugares donde pueden conseguir atención. Creo que la solución real es que los demás aprendan a cómo proporcionar mejor este tipo de atención en donde se encuentran. La verdad es que, como mínimo, se necesita una mente abierta. A cualquier paciente se le puede atender en un sillón de dentista.

¿Tiene algún consejo para los dentistas que quizás no se sientan tan cómodos como usted de proporcionar atención a pacientes con I/DD?

Mucho de lo que aprendemos en la atención pediátrica se puede aplicar a la atención de los pacientes adultos con discapacidades. Por ejemplo, dejarlos tocar las cosas, explicarles cómo funciona, decirles de manera verbal lo que estás haciendo, decir "Voy a ver tu boca por cinco segundos y luego tomamos un descanso" y contar en voz alta. Ayuda a establecer expectativas y generar confianza.

Usamos la teleodontología para llamar de antemano a los padres o cuidadores a fin de conocer cómo podemos atender mejor al paciente y hacerlos sentir cómodos. No solo hablaremos de inquietudes médicas o conductuales, sino que también preguntaremos “¿Le gusta Batman o desea hablar sobre Bob Esponja?”; todo lo que nos ayude a hacerlos sentir cómodos y a crear una buena experiencia.

¿Cuál es la lección más importante que ha aprendido de tratar paciente con I/DD?

Un gran reto que me he encontrado es que no se puede hacer mucho en una sola cita. Recientemente, atendí a un niño con síndrome de Down que realizó un viaje de dos horas. Usa una silla de ruedas y es no verbal. Le costó mucho esfuerzo a él y a su mamá acudir a la cita y todo lo que pudimos hacer en ese día fue sentarlo en la silla. Quise hacer mucho más, pero es difícil aceptar que, a veces, es un proceso de pequeños pasos. Para lograr dar estos pasitos, se requiere mucho tiempo y mucha preparación emocional. La próxima vez, con suerte, podamos volver a sentarlo en la silla y, luego, abrirle la boca.

¿Cuál cree que es el más grande obstáculo para ampliar el acceso y la atención a personas con I/DD?

En general, el más grande obstáculo, en este momento, es la falta de capacitación en este campo. Muchas personas no se sienten capaces o cómodas tratando a personas que son médicamente complejas y requieren de técnicas de control del comportamiento. No es algo que se nos enseñe en las clases: cómo generar confianza y lograr que las personas y los cuidadores se sientan en un espacio seguro.

¿Qué cambio le gustaría ver en adelante? ¿Cuál es su visión para el futuro de la atención de personas con I/DD?

En el pasado, siempre creí que necesitábamos una especialidad para la atención de personas con I/DD, pero, al hablar más sobre esto en la facultad de odontología, aprendí que separar a la población incluso más vuelve incluso más difícil la obtención de atención. Lo que en verdad deberíamos hacer es enseñar a todos a proporcionar atención. Si todos pudieran hacer esto un poco más, no existirían desigualdades. Eso me gustaría ver en el futuro.

Creo que es fenomenal que Penn cuente con esta suite de atención, ya que se aprende más con la experiencia. Una cosa es leer sobre lo que se tiene que hacer; si no se ha tenido citas reales con personas con diferentes discapacidades, y si no se elimina los prejuicios y las ideas erróneas, y se aprende la manera en que diferentes técnicas funcionan para diferentes personas, es difícil que uno se sienta cómodo tratando a esta población.

La Dra. Blashka está de acuerdo. La Dra. Blashka mencionó lo siguiente: “Hace treinta años, desearía haber tenido esta capacitación, porque sé que me hubiera hecho una mejor dentista. En ese entonces, tenía que cerrar el consultorio la mitad del día para tratar a un solo paciente y era muy estresante. Es necesario que haya más acceso a la capacitación y deberían existir requisitos con respecto a aprender cómo tratar a esta población. Pienso que es una necesidad y algo que todos pueden hacer”.

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